Su historia comienza aproximadamente en 1908 pero no es hasta bien entrado el siglo XX cuando empieza a notarse la creciente actividad de las minas. La primera cita de la que se dispone sobre la existencia de la explotación data del año 1940. Se trataba del “Coto Minero Hongo”, que contaba con una superficie total de 290 hectáreas y estaba constituido por cuatro concesiones: “SanLuis , “Hongo”, “Diana” y “Complemento”.

La explotación se realizó en dos fallas trasversales entre cotas de 920 m. y 860 m. de potencias medias de 15 m. y 8 m. respectivamente, extrayendo un todo uno, cuyo mineral beneficiable era hematites parda con un contenido en hierro del 55%.

La mina permaneció activa hasta 1973 cuando la falta de rentabilidad de las explotaciones derivado del elevado coste del transporte, hicieron imposible mantener abiertas las mismas. En 2007 la Junta Vecinal de Olmos de Atapuerca comenzó la rehabilitación de parte del complejo minero culminando los trabajos en 2013 con la apertura al público de la Mina Esperanza.

Los más de 200 metros visitables de galerías subterráneas te transportarán a épocas pasadas en la que el minero apenas veía la luz del día. La visita comienza con la entrada en bocamina a oscuras solo ayudados por faroles de queroseno que nos ayudarán a vislumbrar sus laberínticos recovecos, vagonetas y raíles originales, carbureros, entibaciones, barrenos e incluso tendremos la posibilidad de picar el mineral y transportarlo por las vías.

Una vez alcanzado el fin de mina se encenderá la iluminación de galerías para de ese modo percibir desde otro prisma la grandeza de la perforación. Desde ese momento las explicaciones del guía le llevaran a través de los pasadizos hasta llegar a la gran Caverna de distribución donde se aloja el único museo subterráneo de Minerales de Europa.

A partir de ahí se emprenderá la salida por el antiguo pozo de ventilación desde 30 metros de profundidad. En el exterior se mostraran las explotaciones a cielo abierto donde un festival de colores inunda el paisaje reinante.

También visitaremos los edificios en ruinas que albergaron las casas, las oficinas, la fragua y las caballerizas que un día llenaron de vida el páramo de Varones.